No todos podemos ser Harry Potter, por desgracia, pero podemos añadir un poco de magia a nuestra vida cotidiana. Gracias a nuestras tazas mágicas, puedes sentirte como un estudiante de Hogwarts cada día. Las tazas se cambian con el calor, así que basta con preparar un café o un té para que de repente tengas en la mano una taza completamente diferente. Además, las tazas mágicas seguramente serían aprobadas por el profesor Snape, ya que no es necesario agitar la varita a lo loco para que cambien.